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Primera temporada de menos lluvias de 2022

En el Comunicado Especial No. 01 del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales -IDEAM-, emitido el 3 de enero de 2022, se indica: “Desde la segunda mitad de diciembre de 2021 se presenta la primera temporada de menos lluvias de inicio de año para las regiones Andina y Caribe, coincidiendo con la única temporada de menos lluvias en la mayor parte del resto del país. En este periodo se presenta una disminución gradual y representativa de las lluvias en las regiones descritas, además de favorecer el incremento en las temperaturas máximas, el aumento de la radiación global en superficie, el aumento en la probabilidad de ocurrencia de incendios de la cobertura vegetal y la disminución de las temperaturas mínimas en horas de la madrugada. De esta manera se eleva la probabilidad de ocurrencia de heladas meteorológicas, especialmente en las zonas del altiplano cundiboyacense, los Santanderes, Antioquia y Nariño. Estacionalmente es la época en la que se presenta la mayor exposición a la radiación ultravioleta en la mayor parte del territorio nacional, por lo que se recomienda tomar las medidas preventivas”.

También se indica que desde septiembre de 2021 las condiciones oceánicas y atmosféricas continúan en umbrales de La Niña. Los análisis del Centro de Predicción Climática (CPC) y del Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad (IRI) estiman que este comportamiento persistirá durante el periodo enero y marzo 2022, con una probabilidad superior al 95%, con transición a la fase neutral durante abril-junio y una probabilidad del 60%. La mayoría de los modelos de predicción climática indican que es probable que La Niña 2021/2022 sea un evento de intensidad débil a moderada.

En la predicción realizada para el mes de enero de 2022 en la región Andina se prevén lluvias entre 20% y 30% por encima de la climatología de referencia 1981- 2010 en gran parte de la región. A pesar de ello es importante tener en cuenta que las cantidades de precipitación esperadas serán mucho menores a las registradas en los meses anteriores, ya que se empieza a transitar por la temporada de menores lluvias (“seca”) para dicha zona del país. Para el mes de febrero de 2022 se esperan aumentos de las precipitaciones superiores al 20% en gran parte de la región Andina y para el mes de marzo se predicen precipitaciones propias del mes, es decir, se estiman valores de lluvias cercanos a los promedios históricos dados por la climatología de referencia 1981-2010.

Pese a que estamos iniciando la temporada de menos lluvias, existe influencia del Fenómeno de la Niña, por lo que se pueden presentar eventos extremos de precipitación que desencadenen inundaciones, crecientes repentinos, avenidas torrenciales o deslizamientos, por lo cual se recomienda continuar realizando el monitoreo de ríos, quebradas y de zonas inestables identificadas en el municipio y estar preparados para atender este tipo de eventos.

Es también importante que el municipio active el Consejo Municipal de Gestión del Riesgo de Desastres -CMGRD- y tenga en cuenta para cada uno de los siguientes aspectos las recomendaciones que se presentan a continuación, las cuales deben ser comunicadas y socializadas con la población de manera permanente:

 

Incendios de la cobertura vegetal:

  • Evitar el uso y disfrute de globos de mecha incandescente.
  • No arrojar cigarrillos y fósforos encendidos.
  • Al realizar actividades al aire libre, visitar quebradas y ríos, recoger las basuras originadas y no hacer quema de las mismas o fogatas que pueden ocasionar incendios.
  • No realizar quemas de basura.
  • Solicitar asesoría sobre la preparación del suelo para el desarrollo de actividades agrícolas y ganaderas. Abstenerse de realizar quemas para la preparación del terreno.
  • Identificar en el territorio cuales son las zonas expuestas a incendios y en caso de detectar columnas de humo avisar de forma inmediata al Cuerpo de Bomberos y al Consejo Municipal de Gestión del Riesgo de Desastres.
  • En caso de un incendio evacuar y dirigirse a las zonas seguras definidas por las autoridades.

 

Abastecimiento de agua:

  • Activar planes de contingencia con las empresas prestadoras del servicio para tomar medidas preventivas y reducir al máximo el riesgo de desabastecimiento.
  • Identificar fuentes alternativas        de          agua      para       el            consumo humano y abastecimiento de acueductos urbanos y veredales.
  • Impulsar programas y campañas de uso eficiente y ahorro de agua y energía.
  • Realizar un monitoreo de las redes de distribución de agua, para identificar fugas y desperdicio del líquido con la finalidad de realizar las reparaciones de forma oportuna.
  • Priorizar el uso de agua potable sólo para consumo humano y fomentar el consumo racional.
  • Hacer un uso racional de la energía, considerando que esta se produce en un gran porcentaje a través de las fuentes de agua.
  • Promover el ahorro del agua mediante acciones de reutilización.
  • Cuidar y proteger los parques naturales, las zonas de páramo, áreas de retiro a fuentes de agua y en general las zonas verdes.
  • Impulsar la construcción de reservorios que permitan almacenar agua en las épocas de abundancia y promover el uso de fuentes alternativas: agua lluvia y pozos.

 

Sector agropecuario:

  • No utilizar pesticidas ni fungicidas para evitar la contaminación de fuentes de agua.
  • Mantenerse atentos a la evolución de las condiciones meteorológicas durante la temporada de menos lluvias, ante la probabilidad de descenso de temperaturas mínimas y/o heladas.
  • Abstenerse de realizar quemas para preparar los terrenos para la agricultura, pues se pueden salir de control y originar incendios de la cobertura vegetal y desencadenar otras emergencias.
  • Usar variedades de cultivos resistentes al calor que se adapten a cada región.
  • Promover la construcción de reservorios de agua para consumo animal.
  • Aprovechar los residuos generados por el sector agrícola (café, arroz, trigo, maíz y los residuos forestales, etc.), para su utilización en sistemas de compostaje, lombricultura, y evitar la quema de los mismos.

 

Sector salud:

  • Considerar que las condiciones climáticas favorecen el incremento de casos de enfermedades transmitidas por vectores, tales como malaria, dengue, chikunguña y cólera. Por lo anterior, se recomienda intensificar las medidas de vigilancia de estas enfermedades.
  • Orientar a la población sobre la necesidad de reducir las prolongadas exposiciones a la radiación solar directa, con el fin de evitar insolaciones y minimizar los efectos nocivos de los rayos ultravioleta, para lo cual se recomienda usar protección solar.
  • Llevar a cabo jornadas de recolección de llantas, botellas, recipientes abandonados, etc., para prevenir la proliferación de mosquitos y promover el uso de buenas prácticas para el almacenamiento de agua.

 

Sector empresarial:

  • Implementar métodos de uso racional y campañas de cultura del agua, así como técnicas de tratamiento de aguas residuales y su reúso, según sea el caso.

 

Recreativo

  • Al realizar actividades al aire libre, visitar quebradas y ríos, recoger las basuras originadas y no hacer quemas de las mismas o fogatas que pueden ocasionar incendios.
  • Orientar a la población sobre la necesidad de reducir las prolongadas exposiciones a la radiación solar directa.

 

Manejo de residuos sólidos:

  • Hacer un adecuado manejo y disposición de los residuos sólidos. No realizar quemas de basura, esta actividad se puede salir de control y generar un incendio.
  • No arrojar latas, vidrio y papel aluminio que sirven como elementos concentradores de la radiación solar y pueden causar incendios en pastizales y bosques.

 

Se reitera el compromiso de la Corporación en realizar un trabajo mancomunado con el municipio y mantener un acompañamiento constante en los temas relacionados con la Gestión Integral del Riesgo y el Cambio Climático.

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